La vida de todo hombre está marcada de luchas. Sean grandes o pequeñas, externas o internas, de familia o personales; pero siempre es lucha.
Lucha que muchas veces no tiene sentido cuando no lo vemos con la luz de Dios. Y es que en un mundo que nos llama a olvidarnos de Dios, fácilmente invita a dejarse llevar por lo que sentimos.
La vida esta llena de sensualidad, y es que esta palabra ha tomado muchos sentidos, menos éste: sentidos. Y es que lo sensual, lo define la RAE como lo «perteneciente o relativo a las sensaciones de los sentidos». Así sucede. El hombre que vive de los sentidos del cuerpo y nada más, difícilmente verá que también hay sentidos en el espíritu, que nos invita a llenarnos de sólo Dios.
«¿De qué sirve ganar mil batallas si no puedes vencer tus propias pasiones?» El Beato Carlo Acutis, que estaba acostumbrado a vivir frente al Sagrario, acompañando a Jesús en la Eucaristía, habría desarrollado -porque así lo hace el Señor cuando ahí lo buscas- sus sentidos del alma, y entendía muy bien lo que el hombre siente.
Dice la Madre Trinidad que: «Yo soy cuerpo y alma; con el cuerpo vivo de los sentidos materiales; con el alma, de los espirituales. Si no vivo del espíritu soy un hombre anormal que no sabe ser lo que es» (23-I-1969). Entendemos que la batalla está con nuestras pasiones, pero podemos vencer. Negarte a ti mismo, implica renuncia de tus caprichos, tus antojos, tu "yo quiero".
¿Por qué es más difícil para un hombre mayor dejar sus vicios que para un hombre más joven?
Sencillamente porque está ya "muy hecho", podríamos decir. Digamos que este hombre lo ha hecho tantas veces mal, nunca que se negó, no luchó lo suficiente, que ahora, ya mayor, cuando quiere dejar esos malos hábitos, es muy difícil. No me malentiendas. Sí es posible, pero es difícil. Por eso, si tú que lees esto, y además eres joven, procura ir negándote a ti mismo desde ahora, y verás que cuando ya estés "muy hechecito", es decir cuando ya seas adulto maduro, verás que no te costará tanto dejar las pasiones que te llaman a hacerlo mal.
Por «batallas», Carlo no sólo se refiere a batallas de guerra. Muchas veces emprender un negocio, conseguir empleo, empezar una familia, un proyecto; sobrellevar la familia, soportar a una persona, saber tratar los problemas de la vida... ¡estas son grandes batallas! ¿A qué sí? ¿Y cómo vamos vencer esas si no has vencido las tuyas personales?
¿Cómo puedo comenzar?
- Haz oración. Busca momentos con Jesús, vea al Sagrario. Procura la Misa diaria en la media de lo posible (sí, no sólo es para ancianitas).
- Niégate pequeños caprichos. Ya sabes, como dejar de ver televisión; deja el celular o móvil un rato.
- Levántate temprano. Y además, haz la cama por tu cuenta. No te falle esto.
- Cuando te corrijan, aunque no lo hayas hecho tú. No tengas prisa en excusarte. Tranquilamente después de que suceda, explícalo.
- Confiésate seguido. Es donde nos vencemos más. Y el demonio pierde control sobre ti. Además, mira qué bien, que no cuesta nada, solo un poco de vergüenza a veces, pero Cristo ha derramado toda su sangre por ese momento. Siempre levántate y pídele perdón. Nunca es poco. Insisto en que no dejes la confesión.
- Busca a un director espiritual... Fíjate bien que sea un buen hombre, o mujer, que te sepa escuchar y sea de oración. Puede ser un buen sacerdote, consagrado, buen laico, etc. No busques cualquier ayuda, porque a veces ellos están más confundidos que tú y puedes caer en sus errores. Si no encuentras, no te preocupes recuerda que el mejor consejero es Jesús en el Sagrario, la Enseñanza de la Iglesia y el Evangelio.
Hombre Católico
Referencias:
Real Academia de la Lengua Española. (s.f.) Sensual. En Diccionario de la Lengua Española (22ª
ed.). Recuperado de
Rossetti J. (2021) Encontrándonos con el Beato Carlo Acutis, Paraguay (Ed. San Pablo) [Versión en línea]. Recuperado de
Sánchez Moreno T. (1995) Frutos de Oración. Tema: La Renuncia de Acá Es Llenura de Allá. Extracto del libro, pensamiento número 1367.
Madrid (L. Ed. Vaticana, Quinta Edición)
[Versión en línea]. Recuperado de
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