El sufrimiento del hombre cristiano


 «Completo en mi carne —dice el apóstol Pablo, indicando el valor salvífico del sufrimiento— lo que falta a las tribulaciones de Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia» (Col 1, 24)

El apóstol San Pablo en una de sus cartas a la gente de Corinto les decía, de una manera muy atrayente, que no deben gloriarse o tenerse en mucho, pues él mismo hizo más que otros, tuvo más que otros, incluso fue humanamente más que otros. Y que él ha sufrido muchísimo más de lo que ningún hombre podría haber soportado:

«¿Son hebreos? También yo. ¿Son israelitas? También yo. ¿Del linaje de Abraham? También yo. ¿Son ministros de Cristo? (Como loco hablo.) Yo más que ellos: más en trabajos, más en prisiones; en heridas, inmensamente más; en peligros de muerte, muchas veces... » (IICor 10, 22-23)

Sobre todo remarca su sufrimiento. Y es que para el cristiano, así como San Pablo, la vida es sufrir, y mucho. Pero el sufrimiento puede ser de muchas maneras, en tiempos distintos, con gente y cosas diversas... Todo es sufrir. 

El cantautor mexicano José Alfredo Jiménez lo decía de manera poética en su canción Caminos de Guanajuato: 

«No vale nada la vida
La vida no vale nada
Comienza siempre llorando
Y así llorando se acaba
Por eso es que en este mundo
La vida no vale nada.»

Y es que el hombre que se ha unido a Cristo sabe que el sufrimiento de esta vida no es NADA comparado con la Eternidad. Donde todo será el gozar de Dios, no como meros espectadores, sino participando del Contento Eterno que Dios es. Y cuando miremos el sufrimiento de esta tierra, veremos que no habrá sido menos que un suspiro todos los sufrimientos que vivimos aquí. 

Es verdad, el sufrimiento, Dios no lo quiere, nunca lo quiso. Pero entro por el pecado, por el «NO» del hombre a Dios.

«... Así como por un hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron...» (Rom 5, 12) 

Pero Cristo, el Verbo del Padre, se vino a la tierra, nos tomo y volví a meter en el Seno del Padre con su muerte y resurrección. Por eso, el sufrimiento tiene un sentido distinto para el cristiano. Sentido que llena de alegría y da Gloria a Dios, si se sabe vivir y ofrecer.


Hombre Católico


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