Estamos en tiempo de Cuaresma, tiempo de oración y penitencia. Y ya que estamos a unas semanas de la Semana Santa vamos a hablar un poco sobre la postura que durante estos días debemos tener.
Este tiempo fuerte que nos regala la Iglesia lo tenemos que aprovechar al máximo para acercarnos lo más posible a Dios. Es tiempo de conversión, de vuelta y regreso a una vida nueva.
¡Vamos a hacer un esfuerzo por luchar contra todo lo que nos aparte de Dios en nuestras vidas! ¡Vamos a luchar contra nuestras tentaciones y vencerlas!
No desaprovechemos las gracias que Dios tiene preparadas para cada uno. Es tiempo, siempre debemos hacerlo per ahora de un modo especial, de examinarnos y mirar con sinceridad nuestras vidas. Aquí una guía para examinarnos esta cuaresma, pregúntate: ¿vives vuelto completamente a Dios? ¿Buscas agradarle siempre y en todo? Vamos a ser muy valientes, ojalá así fuera siempre, para luchar con el pecado. Es tan terrible decirle a Dios que no, es tan desastroso quedarse sin Dios, y vivir en una muerte continua de angustia, de vacío, de desesperación, que aunque sólo fuera por egoísmo, nadie querría quedarse sin Dios.
Vamos a ver si entendemos esto. El miedo a quedarnos sin Dios, por el pecado mortal, no debe movernos a buscar la vida sin pecado. Qué pobreza de amor sería eso. Siempre debemos buscar amar a Dios por quién es Él; es el acto más puro de amor.
El tiempo de Cuaresma lo debemos aprovechar para prepararnos interiormente. El tiempo de Cuaresma lo debemos aprovechar para prepáranos interiormente. ¡Aún estás a tiempo! El tiempo de Cuaresma no es sólo recibir a Jesús, ¡es que Dios va a morir en una cruz por ti! ¡Es que se va a manifestar la fonación máxima del amor de Dios al hombre y del hombre a Dios en Jesús!
Dice la Madre Trinidad, fundadora de La Obra de la Iglesia: «Dios obra lo que dice» y cuando nos quiere decir su amor infinito, nos lo manifiesta dándonos su vida. Dios nos ama tanto que se nos da del todo en su infinitud para mí sólo, y yo le respondo con una vida mediocre muchas veces.
Cuánta falta nos hace la penitencia, los sacrificios, porque estamos torcidos por nuestros pecados y requiere esfuerzo hacer el bien y alejarnos del mal. Los sacrificios nos fortalecen el espíritu y la voluntad, y nos ponen despiertos y en postura atenta. Pedirle también a Jesús en vuestra oración que os de fuerza, y nada ni nadie nos podrá apartar de Él.
Nuestro mayor enemigo ¿cuál es? La inconsciencia; nos relajamos, nos dormimos, y perdemos de vista nuestro principal objetivo.
Cuando un hombre ama a una mujer, está deseando hacer algo por ella aunque le cueste, incluso cuanto más le cueste mejor -sería una muestra más grande de amor-. Podemos medir nuestro amor a Dios fijándonos si buscamos sacrificarnos por Él.
Así que adelante. Ya está a la vuelta la Semana Santa. ¿Ya te has acercado a la confesión? ¿Cómo vas en tu vida de oración? ¿Qué tal llevas los actos de caridad y misericordia? No desaprovechemos el tiempo, que esta vida es corta, y que la vida Eterna nos espera. Lo que estamos por vivir, no es de sentimientos, sino de vida.
¡Viva Cristo Rey!
Hombre Católico
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