Si has estado siguiendo nuestras publicaciones del Hombre Católico entonces habrás notado cuántas ganas ponemos en la "acción". Es una palabra que tiene mucha hondura para el católico de hoy: «ser hombre de acción». Y no, no nos referimos grandes o pocas cosas, sino a hacer lo que nos toca cuando nos toca y donde nos toca hacerlo. De hecho, la "inacción" es una de las miserias más grandes del católico de hoy. ¿Sabías que antes se usaba mucho una palabra que hoy casi cae en desuso? La palabra es «pusilanimidad».
Si tu pudieras constantemente tomar acción sobre las cosas que más importan ¿no crees que la vida sería más fácil? Proyectos y planes que te rodean se harían más rápidos. Tus proyectos laterales se harían realidad. Ir con tus amigos a hacer cosas de hombres se harían realidad. Todas esas cosas que te has propuesto: aprender nuevos idiomas, mejorar tu guitarra o leer esos libros que tanto quieres pero no tienes tiempo, todo eso sería posible si sencillamente te propones esta meta. Todos sabemos que la acción es difícil, sí, lo es. Pero ¿por qué crees? ¿por qué nos cuesta tanto?
Muchos hombres simplemente les asusta o son incapaces de tomar decisión porque le dan muchas vueltas en su cabeza, piensan sin guía o temen que pueda surgir más problemas o algo más. A esto muchos expertos lo llaman "parálisis por análisis". Es el resultado de temer lo desconocido o el temor al fracaso. Muchos hombres aplazan sus proyectos, sus deberes o planes porque eso puede ser tedioso, aburrido o demasiado complicado, o quizá porque no ven los resultados inmediatamente como les gustaría. Así que tiran la toalla.
Hay un montón de maneras que racionalizamos para ser una bola de pusilánimes, faltos de acción. Entonces ¿Cómo me vuelvo un hombre de acción? ¿Es posible serlo después de tanto tiempo o de tantos fracasos? ¿Qué te separa de un hombre de acción de un hombre pusilánime? Si sabías que hay una brecha entre el éxito y la acción ¿serías capaz de cambiar?
Sí, digo éxito, porque el éxito y el triunfo no es sólo dinero, sino es conseguir eso que Dios quiere para ti, eso que tanto te cuesta pero saber que es bueno y vale la pena.
Mira, realmente no importa la respuesta a alguna de las preguntas anteriores. No estarías leyendo esto si no tuvieras el deseo de mejorar tu vida. Muy en el fondo, sabes que sólo hay una manera de hacer que esto pase. Quizá no sepas más allá, pero sabes que necesitas algo para cambiar.
Ese algo es Dios, ese algo son los sacramentos, la vida de oración y sacrificio, y como resultado seremos hombres de acción. Porque el que se llena de Dios, tiene que explotar de Él hacia fuera.
Y mientras eso pasa, hay que ponernos un orden en nuestra vida. Así que aquí van algunos consejos prácticos y sencillos que puedes implementar hoy para hacer tu camino más llevadero y convertirte en ese tipo de hombre:
1. Planea tu semana
Hay una gran probabilidad que esto cambie tu vida, si lo cumples, porque esto dará orden a tu vida. Verás que muchas cosas buenas pasaran si te haces un tiempo para planear tu semana. Esto te permitirá ser como una especie de «examen de consciencia y de vida» porque verás cómo funciona tu vida, hacer espacio al futuro e identificar aéreas para mejorar. Será un poco raro al principio, pero apégate a esto. Personalmente, he visto como católicos y no católicos mejoran su vida con papel y lápiz. No importa como lo hagas. Si es una AGENDA, si es PLANEADOR, ORGANIZADOR, tu TELEFÓNO MÓVIL, NOTAS, una APP, hay muchas de estas que puedes usar.
2. Sagrario y confesión
Sí, así de fácil. Este debería ser el punto uno. Comienza con 15 minutos con Jesús en la Eucaristía. Si puedes más, pues mejor. Pero si no estás acostumbrado comienza con 5 minutos, luego aumenta otros 5, y así. Recuerda que Jesús se ha quedado en el Sagrario para estar contigo solamente. Y a los pies del Maestro aprenderás lo que tienes que hacer, cómo tienes que hacer y cómo tienes que ser. Y por supuesto, acércate si es posible constantemente a la confesión, pídele perdón a Jesús, si te cuesta, es porque vale la pena. Esta muy bien si le pides perdón a Jesús en tu cuarto y a solas, pero recuerda que nada en el universo sustituirá la confesión, ¡anímate! Acércate a algún sacerdote que más confianza de inspire y pídele que te confiese, y verás como cambia tu vida (y esto procura hacerlo una vez al mes).
3. Aprende una nueva habilidad.
Religioso o no, esto es útil hasta para el más alejado. Creo que esta es una de las cosas más reconfortantes de hacer. Aprender una nueva habilidad es algo que hace falta a los hombres de hoy que no saben ni usar un martillo. Bueno, ¡estás a tiempo! Anímate a aprender algo nuevo (y bueno). Podría ser desde cómo preparar tu propia cerveza, hasta artes marciales; podría ser aprender habilidades básicas de supervivencia, carpintería, cómo reparar una tubería (esto es muy útil), cómo pescar, cazar, prender una fogata… De verdad, no importa que quieras aprender, recuerda que no puedes hacerlo todo. El dinero no cae del los árboles (aunque ahora con YouTube puedes ver cómo aprender muchas cosas). Volverte un constructor quizá no esté en tu agenda, pero aprender a hacer un bebedero de aves podría gustarle a tu esposa o novia o madre ¿no crees?
4. Sirve a otras personas
Ahora más que nunca. Comienza mirando que no eres el único que sufre. Proponte hacer algo por los demás. Por supuesto, la mejor manera es la oración (ahí llegamos a todas partes), pero si es posible, hacer algo más sería muy bueno. Estoy seguro que hay un montón de cosas que puedes hacer, lo más obvio es el voluntariado en alguna parroquia, Cáritas o apostolado; pero también puedes ver que hay gente alrededor de ti que necesitas tu ayuda. Puede ser en tu casa, tu colonia o por internet. Tómalo con calma. No te comprometas demasiado, porque hay que ser serios y constantes, es parte de ser hombres, haz lo que está dentro de tus posibilidades. Ayuda a otros alrededor tuyo y enriquecerás tu vida, pero sobre todo darás mucha gloria a Dios y tu recompensa será la alegría de los otros. ¡Hazlo y veras que no miento!
Finalmente, ponte en manos de Dios, el te ama y quiere estar cerca de ti. Te dejaré con una frase del Beato Carlo Actuis:
Hombre Católico
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