CUARESMA I Parte

Estamos ya en el tiempo de Cuaresma. Nuevamente este tiempo de oración y sacrificio se nos da. Como cristianos.- y cuando digo «cristianos» quiero decir católicos, apostólicos y romanos, es decir fieles a la Sede de Pedro, al Papa. Y luego hablaremos de esto.-... tenemos el deber de preguntarnos «¿cuál debe de ser nuestra postura durante este tiempo antes de que llegue la Semana Santa?».

Este tiempo, como hemos dicho antes, es un tiempo que nos regala la Iglesia para que volvamos más nuestro corazón a Dios. Tiempo de una vida nueva. Esto quiero decir que ¡hay que esforzarnos! Un esfuerzo que implica LUCHAR contra todo aquello que nos pueda separar de Dios. Es decir, tiempo de luchar contra nuestras tentaciones y vencerlas.


No debemos de tirar en saco roto las gracias que Dios nos tiene preparadas desde toda la eternidad para cada uno. Y aunque esto debemos hacerlo siempre, ahora de una forma especial, a examinarnos y preguntarnos: ¿vivo vuelto completamente hacia Dios? ¿Busco agradarle en todo?
Hay que ser valientes para luchar contra el pecado, que es decirle a Dios que no, el «no te serviré». Es tan catastrófico decirle a Dios que no. Es tan espantoso quedarse sin Dios y vivir muerte en vida. Eso es el pecado, vivir sin Dios, vivir en una continua angustia, vacío, desesperación. Fuese la razón que fuese, es tan horrible quedarse sin Dios. Pero este no debe de ser el motivo que nos mueva a volvernos a Dios. ¡Que nuestro cristianismo es más rico que eso! ¡Consiste en hacerlo por amor! ¡Por amor a Dios! Que pobreterío de amor si fuese así.
El tiempo de cuaresma  lo debemos de aprovechar para prepararnos interiormente. ¡Dios va a morir en una cruz por ti! Veremos la donación máxima de amor de Dios al hombre y del hombre a Dios en Cristo. Y esto se realizará vivamente, por la Liturgia, esta Semana Santa, y por esto debemos prepararnos bien.

¡Viva Cristo Rey!

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